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Enfermera de Connecticut prioriza a sus pacientes (y a sus chicos)

Yajaira Pérez, enfermera en MidState Medical Center en Meriden, Connecticut, es ganadora del premio “Never Quit” de AFSCME al servicio público.
Por Personal de AFSCME ·
Enfermera de Connecticut prioriza a sus pacientes (y a sus chicos)
Yajaira Pérez con sus hijos, Anthony y Joshua. Foto proporcionada por el miembro.

Yajaira Pérez, enfermera en MidState Medical Center en Meriden, Connecticut, prioriza a sus pacientes.

Jessie Udeen, una excolega, recuerda la noche en que a ella y a otras enfermeras de turno se les dificultaba insertar un tubo intravenoso en un paciente que necesitaba antibióticos. Pérez no estaba de turno. Eran las tres de la madrugada. Cuando Udeen le envió un mensaje de texto a su amiga sobre la situación, Pérez se ofreció a ayudar.

“Yo no tengo un ciclo de sueño normal, por lo que me encontraba despierta”, recuerda Pérez. “La única diferencia es que no perforé tarjeta al llegar al hospital, sino que entré desapercibida, inserté la vía intravenosa y me fui. Luego fui al gimnasio”.

Aunque Pérez lo haga ver como un acto menor, potencialmente salvó una vida.

“Yajaira es fantástica con la inserción de vías intravenosas”, dice Udeen. “Tuvimos muchos problemas con ese paciente esa noche en particular. Yajaira sabía que necesitaba antibióticos o no sobreviviría”.

Por su servicio a su comunidad, Pérez, quien es miembro de Connecticut Health Care Associates Distrito 1199/NUHHCE/AFSCME, recibió el premio “Never Quit” de AFSCME al servicio público (AFSCME’s Never Quit Service Award) el cual reconoce a servidores públicos que van por encima del deber.

Udeen la nominó por sus “habilidades impecables de cuidado al paciente”, su “responsabilidad, autenticidad y habilidad de hacer sonreír a cualquiera” y por ser “extremadamente trabajadora y dedicada”.

Mientras que sus pacientes son importantes para Pérez, quien es madre soltera, también lo son sus chicos, Anthony y Joshua.

“Mi vida consiste en mis hijos y mi trabajo”, dice. “Cuando no estoy trabajando, estoy con ellos”.

Al igual que muchos servidores públicos en el frente de la lucha contra la pandemia del coronavirus, Pérez realiza su trabajo pero no sin poner en riesgo su seguridad y la de sus seres queridos.

“De verdad es difícil”, dice ella. “Lloro todos los días. Pero tomo precauciones. En cuanto llego a casa, entro por la puerta y me voy directamente al baño, donde pongo mi uniforme y mi abrigo y todo en la lavadora y la prendo, luego me meto a la ducha. Tengo que mantener distancia con mis chicos, pero son adolescentes, así es que se mantienen apartados de todas formas. A veces bromean sobre ello. También he intentado que se pongan los cubrebocas, pero como dije, son adolescentes…”.

Ha habido unas cuantas docenas de casos de COVID-19 en su hospital, dice Pérez, quien trabaja en la unidad de cuidados intensivos, y las enfermeras han tenido que volver a usar equipo de protección personal que normalmente tirarían a la basura.

Sin embargo, Pérez, quien empezó su carrera como médica en la armada estadounidense, se siente decidida a seguir sirviendo a sus pacientes y manteniendo a su comunidad segura.

“Siempre fue mi meta trabajar en este campo”, dice. “En la preparatoria quería ser doctor, pero eran muchos estudios y terminé teniendo hijos, por lo que opté por estudiar enfermería y me encanta. Tuve una maestra en la escuela que fue enfermera en la fuerza naval y siempre me inspiró. Ahí fue que se plantó la semilla”.

Pérez dice que sus pacientes son quienes la motivan a ir por encima del deber.

“Lo hago por ellos”, dice. “Cuando me esfuerzo por ir un poco más lejos, es por mis pacientes, y generalmente porque estoy ayudando a alguien a aprender algo nuevo. Si podemos investigar algo juntas, cuatro ojos son mejor que dos. Disfruto eso. Disfruto poder ayudar”.

¿Conoce a algún colega que vaya por encima del deber en su servicio al público y mejoramiento de su comunidad? Nomínelo(a) aquí al premio de AFSCME “Never Quit” al servicio público.